La saga de FTX alcanza su clímax con una combinación de amor, traiciones y delirios de grandeza. Sam Bankman-Fried, el anterior ídolo de las criptomonedas, fue declarado culpable de fraude en noviembre después de un extenso juicio de cinco semanas. El jueves 28 de marzo, fue sentenciado a 25 años de prisión, una resolución que marcó el fin de una de las más notorias estafas financieras recientes. El fiscal de Nueva York, Damian Williams, había pedido entre 40 y 50 años de encarcelamiento para Bankman-Fried, encontrándolo responsable de los siete cargos en su contra. Esta sentencia, aunque considerable, no se compara con los 150 años de cárcel impuestos al empresario Bernard Madoff en 2009, una medida que sigue siendo un hito en la historia de los delitos financieros en Estados Unidos. « SBF », como se le conocía, ya anunció su intención de apelar.
En el tribunal, el ex multimillonario, visiblemente demacrado y vestido con un mono de prisión beige, se disculpó ante sus antiguos colegas, muchos de los cuales testificaron en su contra. « Han puesto mucho de sí mismos en esto, y yo lo he arruinado todo », admitió ante el juez de distrito estadounidense Lewis Kaplan. Bankman-Fried, atormentado por el peso de la quiebra, agregó: « Lo siento. Lo siento por lo que sucedió en cada paso. Cosas que debería haber hecho y dicho, cosas que no debería haber hecho ».
Sin embargo, estas disculpas no lograron conmover al juez, quien criticó el hecho de que Bankman-Fried hubiera mentido en el estrado al afirmar que desconocía las conexiones entre su fondo de inversión Alameda y su plataforma de criptomonedas FTX. Además, el juez cuestionó la ambición desmedida del acusado y su falta de remordimientos durante todo el proceso.
El modus operandi de « SBF » incluyó el uso no autorizado de los activos de los clientes de FTX para realizar operaciones arriesgadas a través de Alameda, su empresa asociada, así como para comprar propiedades inmobiliarias o hacer donaciones políticas. La crisis estalló en noviembre de 2022 cuando FTX colapsó, dejando un déficit de alrededor de 9 mil millones de dólares en medio de una ola de retiros de clientes. Este escándalo transformó la imagen de Bankman-Fried, pasando de ser un genio excéntrico con una vestimenta informal a ser visto como un arriesgado mago financiero.
Los liquidadores del grupo lograron recuperar aproximadamente 6,4 mil millones de dólares en efectivo y tienen previsto reembolsar por completo a los clientes afectados. Esta tarea se facilitó gracias a la recuperación de las criptomonedas después de un desastroso año 2022, marcado por varias quiebras y el escándalo de FTX.
Los abogados de Bankman-Fried intentaron pintar un retrato más humano del acusado durante el juicio, destacando su supuesta generosidad y desinterés. Sin embargo, la defensa se vio debilitada por los testimonios detallados de antiguos empleados que pusieron de manifiesto el papel central del acusado en la trama fraudulenta. A pesar de argumentar que Bankman-Fried padecía trastornos del espectro autista, lo que lo hacía vulnerable en prisión, los servicios del fiscal reiteraron la ausencia de respeto del acusado por la ley, describiendo su comportamiento como una « megalomanía perniciosa » y « un complejo de superioridad ».